domingo, 20 de julio de 2014

Taller








Mis    queridos estudiantes de 8o lean el siguiente fragmento de la obra María de Jorge Isaac y ralicen el taller
En la tarde de ese día, durante el cual había visitado yo todos los sitios que me eran queridos, y que no debía volver a ver, me preparaba para emprender viaje a la ciudad, pasando por el cementerio de la parroquia donde estaba la tumba de María. Juan Ángel y Braulio se habían adelantado a esperarme en él y José, su mujer y sus hijas me rodeaban ya para recibir mi despedida.
Invitados por mí, siguiéronme al oratorio y todos de rodillas, todos llorando, oramos por el alma de aquella a quien tanto habíamos amado.
Ya en el corredor, Tránsito y Lucía, después de recibir mi adiós, sollozaban cubierto el rostro y sentadas en el pavimento, la señora Luisa había desaparecido. José volviendo a un lado la faz para ocultarme sus lágrimas, me esperaba teniendo el caballo del cabestro al pie de la gradería. Mayo, meneando la cola y tendido en el gramal, espiaba todos mis movimientos, como cuando en sus días de vigor salíamos a cazar perdices.
Faltóme la voz para decir una postrera palabra cariñosa a José y a sus hijas, ellos tampoco la habrían tenido para responderme.
A pocas cuadras de la casa me detuve antes de emprender la bajada, a ver una vez más aquella mansión querida y sus contornos. De las horas de felicidad que en ella había pasado, sólo llevaba conmigo el recuerdo de María, los dones que me había dejado al borde de su tumba.
A  la hora y media me desmontaba a la portada de una especie de huerto, aislado en la llanura y cercado de palenques, que era el cementerio de la aldea. Braulio, recibiendo el caballo y participando de la emoción que descubría en mi rostro, empujo una hoja de la puerta y no dio un paso más. Atravesé por en medio de las malezas y de las cruces de leño y de guadua que se levantaban sobre ellas. Al dar la vuelta a un grupo de corpulentos tamarindos, quedé enfrente de un pedestal blanco y manchado por las lluvias, sobre el cual se elevaba una cruz de hierro. Acerquéme. En una plancha negra que las adormideras medio ocultaban ya, empecé a leer: “María…”.
A aquel monólogo terrible del alma ante la muerte, del alma que la interroga, que la maldice…., que el ruega, que la llama…, demasiado elocuente respuesta dio esa tumba fría y sorda, que mis brazos oprimían y mis lágrimas bañaban.
El ruido de unos pasos sobre la hojarasca me hizo levantar la frente del pedestal: Braulio se acercó a mí y  entregándome una corona de rosas y azucenas, obsequio de las hijas de José, permaneció en el mismo sitio como para indicarme que era hora de partir. Púseme en pie para colgarla de la cruz y volví a abrazarme de los pies de ella para darle a María y a su sepulcro un último adiós…
Había ya montado, y Braulio estrechaba en sus manos una de las mías, cuando el revuelo de un ave que al pasar sobre nuestras cabezas dio un graznido siniestro y conocido para mí, interrumpió nuestra despedida. La vi volar hacia la cruz de hierro y, posada en uno de sus brazos, aleteó repitiendo su espantoso canto. Estremecido, partí a galope por en medio de la pampa solitaria, cuyo vasto horizonte ennegrecía la noche.
                                                                                              Jorge Isaac (fragmento capítulo LXV)
1.    Teniendo en cuenta el texto leído, responde las siguientes preguntas:
·         ¿Qué personajes se encuentran con Efraín?
·         ¿Qué sentimientos los ligan a sus patrones?
·         El graznido siniestro de un ave acompaña a Efraín en la despedida. ¿Qué relación puede tener ese detalle con el estado de ánimo de Efraín?
2.    En la expresión Faltóme la voz para decir una postrera palabra cariñosa a José y a sus hijas, ellos tampoco la habían tenido para responderme:
·         ¿Quién está hablando?
·         ¿Qué significa la palabra postrera?
3.    La partida de Efraín representa la pérdida del paraíso. ¿Qué hechos indican el final trágico?
4.    Con tus propias palabras, explica el significado de las siguientes expresiones.
·         De María, sólo llevaba los dones que me había dejado al borde de su tumba.
·    A aquel monólogo terrible del alma ante la muerte, elocuente respuesta dio, la tumba fría y sorda.
5.Consulta la biografía de Jorge Isaac



Mis queridos estudiantes de 7o ,analicen este poema de Pablo Neruda y respondan los interrogantes que se le formulan 


Los versos más tristes

Lectura
15
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla, mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
PABLO NERUDA
Veinte poemas de amor
y una canción desesperada
1. Reflexiona y contesta.
• ¿Cómo era la noche en que el poeta escribió sus versos?
• ¿Qué recordaba el poeta?
• ¿Qué sentía el poeta?
_ Ahora procura reconstruir la escena en la que el poeta escribía sus versos.
_ Debes describir cómo era aquella noche, qué recordaba el poeta y cómo se sentía.
Era una noche estrellada y…
2. Localiza y escribe los versos en los que el poeta alude a los rasgos físicos de su amada.
3. Marca en cada caso la respuesta que creas adecuada.
• A.¿Por qué al poeta le parecía la noche «más inmensa sin ella»?
• Porque aquella era una noche muy larga.
• Porque el poeta estaba contemplando la inmensidad del firmamento.
• Porque el poeta se sentía solo y empequeñecido en medio de la noche.
•B. ¿Por qué crees que decía el poeta «Mi voz buscaba el viento para tocar su oído»?
• Porque el poeta deseaba comunicarse con su amada.
• Porque al poeta le gustaban los días de viento.
• Porque hacía tanto viento que no se oía la voz del poeta.
4. Observa este verso:
_ Imagina que los siguientes elementos de la naturaleza son seres animados; escribe qué podrían hacer.
• El mar • las nubes • el viento • los árboles • la Luna • las espigas
El mar duerme plácidamente.
PALABRAS DERIVADAS
5. Escribe un verbo derivado de cada uno de estos adjetivos:
• contento contentar • claro • suave
• blanco • amargo • alegre
• moderno • humano • flojo
• feo • amarillo • ágil
_ Clasifica los verbos que has formado.
_ Escribe oraciones con algunos de estos verbos.